Que se nos queden dormidos los pies es algo de lo más habitual. A través de esa molesta sensación de hormigueo el cuerpo se encarga de avisar de que es hora de que cambiemos la posición en la que nos encontramos. Sí, permanecer demasiado tiempo en una misma postura suele ser la causa de este síntoma. Sin embargo, otros motivos más serios pueden esconderse tras ese entumecimiento.

Las malas posturas pueden provocar compresión de algunas raíces nerviosas, lo que produce ese adormecimiento o acorchamiento”, afirma Javier Camiña, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN). En este sentido, Juan Carlos Montero Arroyo, portavoz del Ilustre Colegio de Podología de la Comunidad de Madrid (Icopoma), señalan que esta situación se revierte con facilidad cuando cesa esta compresión: “Un calzado estrecho o apretado podría también provocar cuadros compresivos en ciertas terminaciones nerviosas de los pies”, advierte. 

Por otra parte, también es posible que esta sensación corresponda a ciertas patologías vasculares, responsables de alteraciones a nivel del riego sanguíneo. En concreto, una disminución del riego sanguíneo en esta zona del cuerpo puede ser razón para que “las necesidades de nutrientes y oxígeno de las estructuras de los pies no sean cubiertas de manera adecuada”, detalla Montero. 

Entre las respuestas por parte de los nervios periféricos que este cuadro ocasiona, podríamos encontrar parestesias (sensaciones anormales de cosquilleo). De esta manera, el portavoz de Icopoma subraya que esta sintomatología puede formar parte de enfermedades como la arterioesclerosis, situaciones del riego debido a trombosis y otras alteraciones, como congelaciones o el fenómeno de Raynaud

Causas neurológicas de los pies dormidos

Diferentes enfermedades neurológicas también pueden ocasionar este síntoma. “En el pie, encontramos problemas de compresión debido a atrapamientos nerviosos en los que un continuo pinzamiento en una terminación nerviosa provoca situaciones patológicas, como por ejemplo, un neuroma (el de Morton es el más característico)”, manifiesta Montero, quien indica a CuídatePlus que es probable que estos atrapamientos se den también fuera del pie y que, en el caso de las hernias discales, se manifieste este síntoma. 

“A nivel de la población general, la mayor parte de las polineuropatías son adquiridas, es decir, que son secundarias a causas. Las más habituales serían las secundarias a alcohol, a la diabetes y a los fármacos”, resalta Camiña. Además, afecciones como la esclerosis múltiple, en las que se producen alteraciones estructurales en el sistema nervioso, podrían también desencadenar sensaciones de parestesias, adormecimiento o acalambramiento en los pies.  

Entonces, ¿cómo saber si ese hormigueo se debe a una mala postura o es una manifestación de alguna enfermedad concreta? El neurólogo apunta que cuando este entumecimiento no es transitorio y se convierte en un patrón que se repite durante varios días, será necesario consultar con nuestro médico de cabecera, especialmente si se trata de un síntoma que se acompaña de otros, como pérdida de la fuerza. 

Por otra parte, Montero recomienda “acudir a la consulta de podología para hacer una revisión de manera habitual”, sobre todo aquellos colectivos de riesgo, como pacientes con diabetes o con otro tipo de enfermedad crónica. 

Consejos para prevenir y eliminar el adormecimiento de pies

Como se ha mencionado, no hay que darle importancia a ese hormigueo esporádico que sentimos cuando se nos duermen los pies. Aun así, se trata de una sensación muy molesta que podemos prevenir siguiendo sobre todo un par de hábitos. En primer lugar, debemos evitar, en la medida de lo posible, “posturas mantenidas que puedan fomentar que se produzcan compresiones en determinadas terminaciones nerviosas de nuestros pies”, sugiere Montero. 

Asimismo, el experto advierte que el hecho de “utilizar un calzado que no nos comprima en exceso y que tenga un volumen interior adecuado que evite zonas de roces sería lo más indicado”.   

En el momento que estemos experimentando ese entumecimiento, son varios los consejos que proporciona el podólogo. El primero de ellos es, lógicamente, modificar nuestra postura. Si es el calzado el responsable de este adormecimiento, es importante que lo cambiemos. Realizar una actividad deportiva intensa también puede hacer que acabemos con los pies dormidos, por lo que, en estos casos, será importante descansar. 

Hacer movimientos activo-pasivos en nuestros pies, incluso un pequeño masaje en la zona, ayudan a eliminar antes esta molesta sensación. Por último, siempre habrá que recomendar tener unos buenos hábitos de vida, una dieta y una hidratación adecuada, evitar el tabaco o el alcohol y descansar el tiempo suficiente para favorecer una buena salud y un buen equilibrio en nuestro cuerpo”, concluye Montero.

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